sábado, 18 de agosto de 2012

Una ruta neoyorquina

Como ya anuncié hace unos días, he empezado una nueva andadura: una colaboración regular con otro blog, en el que irán apareciendo relatos varios de mis múltiples viajes. Si en la primera entrega, la erótica del tango se mezclaba con el aire clásico del Café Tortoni, en esta ocasión es un bar neoyorquino el que acoge una de esas historias que, como dicen mis amig@s, solo me pasan a mí... Todo entremezclado con una de mis películas favoritas, "El clan de los irlandeses". Espero que os guste...

martes, 14 de agosto de 2012

Gracias por hacernos soñar


Yo tenía once años durante aquel verano. Estaba de vacaciones en Badajoz, pero a las cuatro de la madrugada estaba delante de la televisión para ver aquello que parecía un sueño: la selección española de baloncesto iba a jugar una final olímpica. En aquellos Juegos de Los Ángeles'84, el rival fue -como no podía ser de otra manera- el equipo local, en cuyas filas estaba un jovencísimo Michael Jordan (aún universitario, pues era la época en que los profesionales de la NBA aún no podían integrar el equipo). Por supuesto perdimos aquel encuentro, pero aquella noche estaba diseñada para el disfrute. Bastaba con ver terminar el partido y que nuestros jugadores se colgaran la medalla de plata del cuello...

¡Quién nos iba a decir en aquel momento, 28 años después, que unos cuantos jugadores de la selección española serían integrantes -importantes integrantes- de equipos de la liga estadounidense; que una derrota por siete puntos de diferencia (107-100) iba a saber a poco -muy poco- después del partidazo jugado; que los yanquis -con toda su artillería pesada, quizá el combinado más cercano en calidad al Dream Team de Barcelona'92- iban a jugar nerviosos por no conseguir despegarse de la chepa a esos descarados!

Los Juegos Olímpicos de Londres 2012 han sido, sin duda de las mujeres -al menos en cuanto a la delegación española se refiere- pero no quería dejar de dedicar este homenaje a un deporte que llevo tantos años siguiendo y que me ha dado tantos momentos lleno de emoción (de los buenos y de los malos). Porque estoy segura de que mucha gente, en todo el mundo, el domingo se puso la camiseta de España con la esperanza de que, por fin, alguien derrotase a Estados Unidos. Tercera final (Pekín 2008 fue la anterior), tercera derrota. Pero el otro día vimos que NO ES IMPOSIBLE.