jueves, 20 de diciembre de 2012

La vida es para disfrutarla

Estoy viendo la tele, como cualquier otra noche tonta, y acabo de ver un anuncio de esos típicamente navideños, de una de esas empresas que antes se gastaba una pasta en hacer publicidad contratando a grandes estrellas y que este año, no sé si por la necesidad económica o porque se lleva "tocar la fibra sensible", opta por mensajes de personajes anónimos. Pero me ha impactado el lema: "La vida es para disfrutarla".

Hoy es uno de esos días raros por cuestiones que no vienen al caso, pero de esos que no te dejan estar bien del todo al final de la jornada. Además, la enfermedad de Tito Vilanova -que hoy copa buena parte de los informativos y de las charlas- y, lo que es más gordo (por la profesión y porque toca de cerca a un querido amigo), se confirma el cierre de Punto Radio. Pero acabo de escuchar esa frase y me he dado cuenta de que -y no hablo de los problemas serios, esos obviamente le tocan el humor a cualquiera- muchas veces nos preocupamos de tonterías, nos cabreamos por auténticas bobadas, le damos una excesiva importancia a cosas que no lo tienen, concedemos valor a personas que no lo merecen.

La vida, efectivamente, es para disfrutarla. Ya sea porque se acaba el mundo el 21 de diciembre o no. Si se acaba, pensemos cuál es la mejor manera de disfrutar a tope ese día. Si no, pues también. Vivámoslo a tope y al día siguiente más...

P.D. Gracias, Alberto, por "picarme" para volver. Creo que lo necesitaba...

4 comentarios:

Alberto dijo...

;)

El funcionamiento de la maquinaria del ánimo es complejo. Salvo que sea un autómata, no hay nadie que no necesite de un pequeño empujón para que arranque, o para que pase del ralentí, o para que vaya tomando velocidad. En mi caso ha ocurrido algo parecido. Ahora que ya está en marcha necesito un poco más para que adquiera viveza. Es en lugares como esta ruta, por donde uno transita, donde se encuentra ese puntito de energía. No lo olvides, amiga mía.
Y ánimo, porfa...
Un beso nocturno

Alberto dijo...

Por cierto, me gusta lo que dices del día del fin del mundo, eso de que deberíamos disfrutarlo a tope. Sí, no vendría mal hacernos un homenaje ese día, solos o acompañados si se tercia. Tenemos 24 horas para pensar qué hacer, y deberíamos tener la determinación de hacerlo. Y hacerlo, obviamente. Y si viene el apocalpsis ese, pues que venga y que nos quiten lo bailao. Y si no, entonces tendremos muuuuchos más días para repetirlo. :) ¿O es que hace falta que se acabe el mundo para disfrutar de la vida o de nosotros mismos?

amelie dijo...

Alberto: bienvenido, como siempre, a este rincón naranja. Muchas gracias por todos tus ánimos y, como ya te dije, por el empuje para que volviera por aquí...

De todo lo que dices (muy lindo y muy sabio), me quedo con el segundo comentario, ese de pensar qué hacer este viernes 21. Hay una canción maravillosa de Brian Adams (creo que era "18 til I die", pero no estoy segura) que dice "living each day as your last" (para quien no sepa inglés "viviendo cada día como si fuera el último"). Y lo cierto es que, sea o no este viernes el apocalipsis, el fin del mundo, el cambio de era o simplemente un fin de semana normal, deberíamos encararlo como el último de nuestras vidas. Cuando nos vamos de vacaciones, apuramos cada momento porque sabemos que difícilmente repetiremos esa experiencia (sobre todo cuando acudimos a algún lugar lejano). ¿Por qué nos cuesta tanto sacarnos el moho de la rutina y sonreir ante cada amanecer o atardecer, ante cada gesto amable, ante cada canción escuchada y disfrutada, ante cada vino degustado?

Por si acaso, amigo, fue un gusto conocerte. Y lo sabes. Jejejejeje.

Besos madrileños

Alberto dijo...

Lo sé,Conchi, y tú sabes que ese mismo gusto también fue mío. Y lo sigue siendo. ;)