
Justo seis años de esta visita que relato, estuve en otro "ombligo del mundo", el de Delfos, en Grecia. Según la mitología, Zeus ordenó que dos águilas salieran de cada extremo del mundo y el lugar donde se encontraron y dejaron caer (literalmente) un huevo (señalado con una roca) fue ése. Allí creó el santuario, después consagrado a Apolo, que se convertiría en destino de peregrinación para quienes querían consultar el oráculo de los dioses a través de la sacerdotisa (o pitonisa).
Seguro que existen otros lugares en el planeta que simbolicen lo mismo (sé que si algún día conozco Macchu Picchu sentiré lo mismo, tenga o no ese significado, porque, por encima de cuestiones lógicas, sigo guiándome por la magia en este tipo de cuestiones). Pero resulta muy curiosa esa necesidad del ser humano por situar (geográficamente) el centro del mundo, ese punto que sirve para la fundación, para el origen y crecimiento de un pueblo o de una civilización.
El peligro llega cuando, a veces, ese mismo ser humano se cree el ombligo del mundo y olvida todo lo demás...
3 comentarios:
juassss muuuuchos muchas veces NOS creemos el ombligo del mundo... esteeee... ejemmmm
Interesante este tema de los ombligos y mucho más el de la piedra de la isla de Pascua.
Saludos Amelie :)
Santakopower: Te saltaste Ayers Rock. Ya te comenté que una amiga me explicó que la Tierra, como los humanos, tiene sus chakras y que Ayers Rock es el del corazón. Dicho esto, admitir que yo sentí poco la energía que mi amiga sí había experimentado meses antes en el mismo sitio, pero es que yo soy poco permeable. La Santako tuvo mejores vibraciones.
sabias palabras...
Un abrazo
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