martes, 31 de marzo de 2009

El amor en esencia (III)

"It's sincere and subjective
superficial and true
Easy and predictable
exciting and new
to say 'I want you'"
(Pet Shop Boys, "All over the world")


Es el segundo tema del nuevo álbum de Pet Shop Boys, "Yes", una auténtica inyección de alegría y vitalidad. Desde que me lo regalaron el sábado no hago otra cosa que escucharlo y cada vez voy encontrando más joyitas entre sus notas. Si en días pasados descubrí (gracias a internet) que la música 'marcial' que suena al comienzo es un sampler nada menos que de Tchaikovsky (sí, sí, estos cincuentones del pop a los que mucha gente critica tienen esos gustos 'culturetas'), hoy me he concentrado en la letra que dice nada menos que eso: "Es sincero y subjetivo / superficial y verdadero / fácil y predecible / excitante y nuevo / decir 'te quiero'".

(Aquí podéis escucharla: aún no hay vídeo de la canción, pero alguien se tomó la molestia de subirla a youtube con la carátula del disco... Si después de escuchar esto, seguís sentados no tengo más que decir...)

El amor en esencia (II)

Propones en lugar de dejarme la 'responsabilidad' de elegir.
Tu voz.
El reflejo en el escaparate de enfrente.
Los abrazos.
Un paseo (con sonrisas) bajo la lluvia.
¿Es cúpula o cilindro?
Me despeino.
La certeza de que las personas auténticas seguirán siéndolo independientemente de las crisis que afecten al resto de la humanidad.
Cine y literatura.
La VIDA (incluidos sus dolores).
Letras que hablan de ti.
¿Pasan coches por el Prado? No sé, yo viajo en nube...
Ocio inesperado en tus horas laborales.
Tu apoyo incondicional a mis movimientos.
Tu ánimo constante.
Más abrazos...
Una promesa (o al menos un intento).
Perenne sonrisa. La tuya. La mía (aún).

viernes, 27 de marzo de 2009

El amor en esencia

Hace unos días tuve la suerte de participar en la fiesta de cumpleaños de dos grandes (más que) amigas, Paloma y Carmen. La novedad del evento fue la presencia del nieto de ésta última, Emil, y sin ninguna duda se convirtió en el centro de la celebración. Debo decir, y no creo que ni las cumpleañeras me lo puedan rebatir, que él fue el gran protagonista, tanto a la hora del almuerzo -cuando apenas éramos cinco además del propio niño-, como por la tarde, cuando ya llegó su papá para encargarse de él y adoptaron el sofá del salón como zona recreativa -mientras l@s adult@s charlábamos de las cosas de la vida-.

¿Por qué rescato esa fiesta de hace casi una semana? El sábado recibimos una gran lección de la vida. Emil nos demostró cuál es la esencia del amor: nos enseñó que, simplemente con una mirada, podemos saber qué hay en la otra persona o no; que basta con captar el alma de la otra persona para saber si estamos ante un semejante o no... 

Este niño de dos años (aunque pareciera todo un anciano pleno de sabiduría) únicamente conocía a algunas de las personas que estábamos ahí y sólo un par de veces en su corta vida y, de hecho, cuando no tenía más que unos meses de existencia. Es decir, no se puede alegar que tuviera una elaboración hecha de su cariño hacia nosotr@s, un amor 'forjado' por el roce... Le bastó mirarnos un segundo para lanzarse a abrazarnos (literalmente) y a besarnos sin las pudorosas barreras que nos autoimponemos l@s adult@s: ni sexo ni religión ni edad. Emil jugó, corrió, bailó, posó, comió, bebió... sin perder un segundo esa maravillosa sonrisa (convertida en carcajada en algún momento) mientras nos respondía 'sí' o 'no' a cualquier cosa que le preguntáramos, al tiempo que nos besaba constantemente para expresarnos la felicidad que él también estaba sintiendo.

Siempre se ha dicho eso de que "sólo los niños y los borrachos dicen la verdad". No estoy muy segura de si en el segundo caso es cierto -o al menos no en todos los supuestos etílicos ocurre-, pero sí he podido comprobar más de una vez que, cuando aún no estamos contaminados por la educación, la cultura, la 'civilización', el entorno, somos capaces de guiarnos por el más puro instinto. Comemos y bebemos cuando tenemos esa necesidad, lloramos cuando nos sentimos desprotección, abrazamos y besamos si sentimos empatía (amor) por alguna persona... 

¿Por qué hay que perder esa esencia cuando crecemos?

Ahora sí: lo nuevo de Pet Shop Boys

Ahora sí que sí... El otro día, trasteando con el blog y aprendiendo un nuevo truco que me había enseñado Paloma, colgué un vídeo de Pet Shop Boys y después lo borré, pensando que no quedaba ningún registro... ¡Cuál fue mi sorpresa al ver que un montón de mis 'seguidores' me preguntaba por el dúo británico y la entrada desaparecida! Después entendí (al visitar algunos de esos espacios 'colegas' que aparecía esa entrada como última actualización...

En fin, después de unos cuantos días desaparecida y a la espera de escribir realmente sobre lo que quiero escribir hoy (por fin encontré un huequito), aquí os dejo el último vídeo de Pet Shop Boys, cuyo nuevo disco salió a la venta el pasado lunes. Para otro momento queda hablar de mi locura por la música de este grupo (como lo de Battiato, sí, ya lo sé, prometo cosas que luego no sostengo...)


miércoles, 11 de marzo de 2009

Divagación

En contra: a veces nos sentimos insignificantes ante la contemplación de la Belleza; a veces creemos que la escala de medida está en lo de afuera y que somos tan pequeños que no podemos alcanzar la cumbre; a veces consideramos que no merecemos estar ahí...
A favor: a veces teñimos con nuestros colores muros que son absolutamente grises...

domingo, 8 de marzo de 2009

Ni un día más...


Para que ninguna mujer en el mundo se sienta rota y sin alas...

Un viaje helénico...

"Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias..."
(Konstantin Kavafis, "Itaca")

Hace nueve años aún no nos conocíamos. Bueno, miento, a Encar (la que está más a la izquierda) sí. Ella me daba clases de Historia del Arte en un centro cultural y, al final del curso, estaba programado un viaje a Grecia. Nada menos que a Grecia, la cuna de la civilización occidental, sus históricas ruinas, su mitología, su música, su literatura, su pensamiento... A esa excursión se apuntaron Selva y Rodolfo (en el centro de la imagen). Ella (uruguaya) y él (argentino) habían venido desde Buenos Aires a España para completar parte de sus estudios universitarios y, aunque no estaban anotados en ese curso, sí participaban en otras actividades del centro cultural, por lo que se enteraron del viaje helénico y se apuntaron.


El 4 de junio de 2000 llegamos a Atenas y, nada más repartir las habitaciones, Encar me pidió que me acercara a esta pareja para informarles de que los más jovenes (hay que decir que la mayoría del grupo estaba integrada por gente jubilada o, al menos, bien sobrepasada la cincuentena) teníamos pensado salir esa noche al monte Likavitos. Nada me dijo sobre su nacionalidad y yo, con mi habitual espontaneidad, me dirigí a ellos con una sonrisa y les dije: "¡¡¡Hola, soy Conchi!!!"


Ellos, por no dejarme en mal lugar, se limitaron a reír y a presentarse. Cuando escuché sus acentos, me sonrojé (por mi trabajo ya sabía que mi nombre no era muy habitual en Sudamérica o, en todo caso, lo era con diferente uso) y acepté las bromas. Desde ese instante, nos hicimos inseparables no sólo en ese viaje, sino en la vida.


En septiembre y octubre de 2001 (fue una despedida por tandas) dejaron España para embarcarse en la 'aventura' de Buenos Aires que les recibió nada menos que con el famoso 'corralito'. Jamás volvieron a la Vieja Europa...


El pasado jueves, un avión procedente de Bolonia dejaba en la T4 de Barajas a Selva y Rodo, que volvían a Madrid por primera vez en ocho años. Naturalmente, nosotros ya nos habíamos visto en varias ocasiones por mis frecuentes viajes al Sur (por placer, por acompañamiento o por trabajo, que de todo hubo en estos años), pero era la primera vez que yo les recibía en un aeropuerto.


Encar jamás viajó a Sudamérica. Por diferentes motivos que quedan, por respeto, en su intimidad. Ayer, ocho años después de aquella llorosa despedida, volvieron a reunirse. Y lo hicieron en mi casa, un espacio que, en aquel entonces, ni siquiera era proyecto. Ayer hubo brindis eternos, risas y lágrimas, abrazos, charlas sobre los viejos y los futuros tiempos... Ella fue la 'catalizadora' de aquel primer encuentro, de aquella primera charla, sin el cual no habría venido mucho de lo posterior, así que me gustó tomar su relevo y convertirme en la anfitriona, en la 'mediadora' de este reencuentro tan especial...


"Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.
No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
Sin ellas, jamás habrías partido;
mas no tiene otra cosa que ofrecerte.
Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.
Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas"
(Konstantin Kavafis, "Itaca")

lunes, 2 de marzo de 2009

"Miracles"

"Los milagros ocurren todos los días, no sólo en pueblos remotos o en lugares sagrados al otro lado del mundo, sino aquí mismo, en nuestras vidas. Brotan desde su fuente oculta, nos rodean de oportunidades y desaparecen. Son las estrellas fugaces de la vida cotidiana".
(Deepak Chopra, "Sincrodestino")


Much@s ya sabéis que hace poco fue mi cumpleaños e incluso algun@s que el pasado sábado (28) celebré la fiesta con la gente más cercana (aunque no sea la definición más exacta, quizá por aquello de las relativas distancias). Como mi hermana era co-celebrante (ella cumplió un día antes que yo), desde el viernes estuvimos ultimando todos los detalles y a ella le encargué la tarea de seleccionar músicas para el evento. Desde que le pedí que grabase algo de Pet Shop Boys, uno de mis grupos favoritos desde la adolescencia, se me metió en la cabeza la canción "Miracles" que, en el disco en que aparece grabada (uno de sus recopilatorios), está junto a "Love comes quickly", mi canción favorita.

Poco podía imaginar que, de tanto convocar a los milagros, éstos aparecen. Unas amigas que se reúnen en Montevideo para almorzar y eligen llamar para incorporarse -de palabra y alma- a la fiesta; un amigo muy querido que debía estar en Barcelona por motivos profesionales y eligió cambiarlo para acudir a una fiesta que lleva 'perdiéndose' cinco años; un@s amig@s que celebraban su decimosexto aniversario como pareja y que optaron por pasarse por la fiesta un rato antes de esa cena especial que llevaban tanto tiempo planeando; otro amigo muy querido (y muy lejano, siempre considerando eso de la relatividad de las distancias, que conste) que jamás me había llamado por teléfono y que hizo un sorprendente llamado de madrugada para participar -aunque fuera así, a través del 'celu'- del festejo...

Entiendo que todo esto se debe al mayor de los milagros, a ése al que apenas damos importancia y que está todos los días junto a nosotr@s; ése que nos parece lo más normal del mundo pero que cuando no se tiene se extraña; ése que nos hace sonreír cuando las cosas van mal y que nos abraza cuando nos sentimos sol@s; ése que nos convierte en mejores personas: EL AMOR.

Para quien quiera regodearse un poco más en los milagros de la vida, ahí va un enlace de lo más interesante: http://liberfalco.blogspot.com