sábado, 13 de septiembre de 2008

El Gato Utópico en las calles de Amelie (y III)

Hace un año conocí este rinconcito de la Ciudad Vieja, el Café Brasilero. Me viene bien la efeméride para seguir hablando del encuentro El Gato Utópico-Amelie en las calles de Madrid. El blog de Gabriel ha sido, desde su creación, lugar de encuentro para mucha gente, hasta el punto de que ha llegado a motivar quedadas reales, como la que protagonizamos el pasado fin de semana, pero sobre todo como la que vivieron Casandra, Fiorella y Lucía en este pequeño café montevideano hace algo más de tiempo.

Cuando Gabriel me escribió comentándome que viajaría a Madrid porque un amigo músico actuaba aquí y que quería aprovechar la ocasión para que nos conociéramos, me pareció lo más normal del mundo. Lo que quedaba fuera del guión previsto era todo lo que vendría a continuación...

Cuando más felices estábamos con nuestro paseo por las calles de Lavapiés y La Latina, tomando mate con Carol y charlando de cualquier cosa de la vida, recibí una triste llamada que me comunicaba el fallecimiento de un familiar cercano. Y este hombre, al que no hacía ni 24 horas que conocía (aunque los límites del conocimiento y desconocimiento se diluyen muchas veces en la red), se ofreció para hacer 800 kilómetros en coche (400 ida y otros tantos de vuelta) para cumplir con el luctuoso compromiso que debía llevarnos a mi familia y a mí a Badajoz. Finalmente logré convencerlo para dejar ese viaje en 'sólo' 160, los 80 de ida y vuelta que separan Madrid de Sotillo de la Adrada (mi pueblo natal), donde mamá y papá debían cortar urgentemente sus vacaciones para preparar una apresurada y lacrimógena maleta.

No pude mostrarle, como a mí me hubiera gustado, el "Guernica" de Picasso o el tradicional Rastro, pero me queda la tranquilidad de que él sí pudo disfrutarlos después de ese agitado viaje nocturno. También me alivia pensar que Gabriel no era un turista solitario por Madrid, sino que ya tenía a Carol para guiarle por las céntricas calles (o para tomar una 'birra' en su 'curro'). El encuentro fue extraño y dejó el sabor agridulce de una despedida imprevista, pero supuso la confirmación de que la vida está llena de magia y de que, como bien dice este amigo utópico, "al final venceremos".


¡¡¡GRACIAS, AMIGO!!!

3 comentarios:

Lucía.uy dijo...

.....me cacho con el desencuentro...se me pianta un lagrimón.....
Acá decimos,cuando estamos al borde de, por ej.clasificar para el mundial de fútbol, o cuando ya casi llegamos: Vamo arriba! vamos que podemos! y si encima en vez de decir, lo gritás,no dudes que se cumple.

Así que vamo arriba Amelie, vamo arriba Gabriel, a ver ese grito!!!

Abrazos desde las calles de Montevideo.

CASANDRA dijo...

qué mezcla de emociones!!! la pena respecto de tu familiar, la emoción de encontrarte nada menos que con el famoso GATO UTOPICO, recorrer madrid, en fin muchas cosas más que no hace falta detallar. Que estamos contigo, ya lo debes sentir. Que en tan poquito tiempo te has instalado en nuestro corazón: es un hecho. Y que queda pendiente vernos nosotras, el Gato y vos: una promesa que nos alegra el día, y la vida cuando otras cosas nos las entristecen. UN BESO Y UN ABRAZO DE ESTA AMIGA URUGUAYA y VAMO'ARRIBA!!!! (siguiendo a mi querida amiga Lucía)

Anónimo dijo...

Son mejores los encuentros con los desconocidos que los desencuentros con los amigos. No me hagas caso, quizá tengo el día muy tonto.

Gracias Gabriel, por la parte que me toca y por cuidar a mi hermana y a mis padres en esos momentos.

TQ MG