jueves, 21 de agosto de 2008

El cristal con que se miran las cosas

Hoy pensaba escribir sobre la tristeza que me provocó la jornada luctuosa de ayer, esas 153 personas muertas en el accidente de Barajas. Yo, que me he subido a tantos aviones, que he ido a tantos aeropuertos, que he dormido tantos sueños en el aire, me quedé petrificada al conocer la noticia y sobre todo al ver cómo iba subiendo la trágica cifra de familias afectadas por el dolor.

Y después de pasarme toda la tarde y toda la noche hablando sobre la importancia de vivir el presente y de mirar sólo hacia adelante, tuve la grata sorpresa de una conversación telefónica que confirmó toda esta teoría del optimismo. El fotógrafo Víctor Salas, compañero de trabajo en Santiago de Chile, fue agredido el pasado 21 de mayo por un carabinero cuando cubría una manifestación en Valparaíso. Aunque en un primer momento salvó el ojo (físico), faltaba por confirmarse que su visión no quedase afectada. Después de dos operaciones y a punto de afrontar una tercera, me puse muy contenta al escuchar su voz, su sonrisa, sus palabras transmitiendo vida. Me envió fotos de su 'flaca' y sus dos hijas, de esas mujeres de las que tanto me habló desde el momento en que nos conocimos pero cuya imagen desconocía. Y me contó cosas hermosas, pequeñas cosas, cosas cotidianas...

Aunque la vida tiene golpes duros, como los mejores boxeadores de la historia, hay que saber fajarse y tratar de esquivarlos o bien afrontarlos con los puños en alto y con la mayor entereza. Y esos momentos, sobre todo, deben hacer que disfrutemos con las pequeñas maravillas que nos ocurren a diario. Que un fotógrafo estuviese (o esté, porque aún no está excluida esa posibilidad) a punto de perder su visión (y más de la forma impune en que ocurrió) es grave. Que más de 150 personas hayan perdido sus vidas sin llegar al destino que pretendían al subir a ese avión es infinitamente peor. Pero siempre hay lugar para la belleza, siempre hay lugar para el amor, siempre hay lugar para las palabras lindas... Sólo se trata de mirar todo con otro color...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

si, la verdad que sí, es muy cierto
Este año ha sido especialmente duro para mí y sólo me ha mantenido en pie el dar la vuelta para mirarle "la mitad llena" al vaso...pero a veces no es del todo fácil y hay que ponerle toda la energía para conseguirlo...de todos modos, es la postura más sana ante la vida, a la que todos debemos apostar, por nosotros mismos, por los que nos rodean y de esa manera lograr un efecto amplificador que termine por lograr una humanidad más serena.

Un beso grande desde el sur y otra vez gracias por estos espacios que invitan a la reflexión

Anónimo dijo...

...


que consiste en la certeza
de encontrar
en un tu mirada
la belleza



...


aute



me salen pocas palabras, amiga, por que el resto de las emociones no encuentran forma compartible



te quiero

dani

fiorella dijo...

Lo de Barajas,una pena realmente.Lo de tu amigo un avasallamiento al cual no debemos acostumbrarnos y ante el cual debemos plantarnos firmemente y denunciarlo.Nada està perdido y los cambios se producen,pero no son por generaciòn espòntanea,ni tomàndolos como "destino" irremediable.Un beso